Los autores del estudio consideran que podría cambiar las “reglas del juego en el ámbito policial y judicial”, donde los recuerdos falsos presentados como prueba en los tribunales han dado lugar a condenas erróneas e injustas.
Ciudad de México, 25 de marzo (RT).– Un equipo de científicos afiliados a distintas universidades británicas y alemanas demostró que es posible implantar en las personas recuerdos falsos, hacerles creer que son ciertos y después eliminarlos sin que en el proceso se vean alterados los recuerdos verdaderos.
El estudio, publicado en línea recientemente en PNAS, pone en relieve las técnicas desarrolladas y utilizadas por los académicos para eliminar de la memoria de 52 voluntarios una serie de recuerdos autobiográficos falsos que les implantaron.
Durante las pruebas, los investigadores recurrieron a la ayuda de los padres de los participantes para implantarles cuatro recuerdos, dos falsos y dos verdaderos, sobre eventos ocurridos en su niñez. Asimismo, se solicitó su colaboración para hacerles creer a sus hijos que los eventos que nunca ocurrieron (pero que eran factibles, como extraviarse por unos momentos o verse envuelto en algún tipo de accidente) realmente habían sucedido.
Durante las etapas subsecuentes, se pidió a los voluntarios que recordaran varias veces cada una de las cuatro memorias implantadas previamente. Para la tercera sesión de entrevistas, cerca del 40 por ciento de ellos ya habían desarrollado recuerdos falsos sobre los eventos que nunca ocurrieron.
Para eliminarlos, los científicos utilizaron dos técnicas. La primera consistió en señalar a los participantes que los recuerdos no siempre pueden ser construidos partiendo de la experiencia individual, sino con ayuda de otras fuentes, como sonidos, imágenes y relatos. Una vez les fue dada esta explicación, se les cuestionó sobre las fuentes de los cuatros acontecimientos.
La segunda estrategia estribó en explicarles a los sujetos de prueba que, si se les pide que recuerden eventos en repetidas ocasiones, existe la posibilidad de que se creen memorias falsas de estos. A continuación les solicitaron que revisaran nuevamente sus recuerdos de los cuatro sucesos teniendo esa explicación en cuenta.
Según detalla Hartmut Blank, coautor de la publicación, “al concienciar a los participantes de la posibilidad de los falsos recuerdos, instándoles a reflexionar críticamente sobre sus recuerdos y reforzando su confianza en su propia perspectiva”, fue posible reducirlos significativamente, sin que se afectara su capacidad de recordar acontecimientos reales.
La novedosa investigación, señalan los expertos, podría cambiar las “reglas del juego en el ámbito policial y judicial”, donde los recuerdos falsos presentados como prueba en los tribunales han dado lugar a condenas erróneas e injustas. “Diseñamos nuestras técnicas para que puedan aplicarse principalmente en situaciones del mundo real […] ayudar a darse cuenta de lo que podría ser falso o mal recordado podría ser muy beneficioso en entornos forenses”, apuntó Blank sobre las posibles aplicaciones de su estudio.